miércoles, 27 de septiembre de 2017

No voy a hablar de política

No, no voy a hablar de política.

Voy a hablar de mi anécdota de hoy.

Paseando por una calle de Santander he oído a mi espalda a una pareja hablando Catalán.



Este sonido me ha hecho torcer el gesto instintivamente. Después "he reaccionado a mi reacción" y he pensado fríamente por qué me desagradaba escuchar ese idioma.



Ninguna lógica razón tenía para esta reacción, sin embargo ¿por qué ocurre? simplemente es una asociación de ideas.






Voy a hablar de cómo desde la política manipulan la voluntad de la gente, que lo único que desea es vivir en paz, tener cubiertas sus necesidades y poder pasear tranquilamente por cualquier parte de su planeta que es la Tierra.



De un tiempo a esta parte, mi cabeza se ha empeñado en reaccionar con un gesto amargo cada vez que oigo a alguien hablando en catalán.

De un tiempo a esta parte, mi cabeza se ha empeñado en reaccionar con miedo cada vez que oigo hablar a alguien Alemán.




Quizá la Historia me juega malas pasadas y me hace recordar ciertos acontecimientos que yo, afortunadamente solo he leído en los libros o he escuchado en boca de otros.

Pero, a pesar de no haberlo vivido en primera persona, no deberíamos olvidarlo, no deberíamos olvidar que se consigue más estando unidos que cada uno por separado, que el lema de los que están al mando siempre ha sido: "Divide y vencerás"


Por eso no pienso hablar de política, pienso hablar del peso de la Historia, del sentido común, que tenemos que conservar intacto, de manera individual, dentro de una sociedad, para intentar que nadie nos anule la razón.

Y hablo de la belleza de una Región como Cataluña que lo tiene todo para que sus habitantes se sientan plenos, para que nos apetezca visitarla los que no tenemos la dicha de vivir en ella.


Ojalá llegue un tiempo en que escuchar hablar Catalán no tuerza nuestro gesto pensando que quien habla es un  político corrupto con intención de adoctrinarnos.