En cuanto empiezo a oír su música, muchas de mis dudas se desvanecen, empiezo a atar cabos y al menos sé quien lo hace porque le apasiona y quién por llevarse unos euros a su casa...
Cuando la música me emociona no puedo evitar las lágrimas. Un amigo mío dice que soy muy sensible al arte, lo que sería un leve síntoma del llamado síndrome de Stendhal.
Sería estupendo que los buenos músicos que nos amenizan las calles tuvieran su merecido hueco en la industria musical.
Sería estupendo que los buenos músicos que nos amenizan las calles tuvieran su merecido hueco en la industria musical.